El sexo en la sociedad moderna

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El sexo y la sexualidad siempre han sido temas tabú en nuestra sociedad. Pese a que estamos, supuestamente, en una era moderna hay ciertos aspectos en relación en el sexo que están altamente estigmatizados.

El sexo es parte innata del ser humano, está integrado en el hombre y en la mujer, es algo natural. Estamos ante una sociedad en la que es evidente que el sexo es un consumo impulsado cargado de connotaciones negativas. Disfrutar del sexo es un derecho propio así como experimentar en sus distintas facetas.

Una de las formas más atrevidas y emocionantes para disfrutar del sexo es por vía telefónica. Esta práctica es muy común y está impregnada de sensaciones y emociones muy placenteras. A día de hoy podemos disfrutar del sexo telefónico a través de las lineas eroticas. Estos servicios son totalmente legales favorecen la reafirmación y el placer propio y constituye una experiencia muy satisfactoria.

Muchas personas son reacias a experimentar este tipo de servicios a causa de la gran magnitud de connotaciones negativas injustificadas que poseen. Debemos ser conscientes que los conceptos en relación con la sexualidad están muy contaminados y difuminados, con lo cual poseemos ideas contradictorias y absurdas.

El deterioro de los conceptos sexuales tiene varios orígenes: desde políticos, hasta religiosos o culturales. Sin embargo, estamos rodeados de sexualidad por todas partes creando un fenómeno completamente arbitrario. Muchas personas están en un eterno conflicto interno entre las necesidades humanas y los estigmas que han adquirido a base de conceptos totalmente injustificados.

Encauzar este problema en su globalidad es bastante difícil. Hacer entender a toda una sociedad lo que realmente es el sexo es muy complicado, pues no poseemos una actitud sexual libre. Los ataques “moralistas” en relación con el sexo imperan en nuestra cultura de forma abismal. La tolerancia brilla por su ausencia.

La publicidad, esta herramienta de comunicación consumista, emplea el sexo como mecanismo de marketing. El sexo vende, está completamente claro, es un fenómeno de gran poder que está lleno de oposiciones y contradicciones.

Debemos desmitificar el sexo y entenderlo y aceptarlo en su justa medida. El proceso educativo sexual está completamente manchado de connotaciones negativas basadas en conceptos generalmente religiosos. La desinformación o la información arbitraria constituye un grave problema para la sociedad, pues la falta de liberación propia puede suponer graves problemas de salud. Negar el sexo por ideas que nos han inducido puede llegar a provocar conductas extremas.

Es imprescindible reafirmar la identidad del sexo. Experimentar nuestra propia sexualidad es un derecho y es algo natural. Es cierto que el sexo es un tema muy complejo y más aún con las influencias que poseemos, pero debemos entenderlo como algo que reside en nosotros. El sexo engloba características físicas y emocionales, un conjunto que dificulta en ocasiones su definición en una sociedad llena de connotaciones arbitrarias y totalmente injustificadas.

Disfrutar del sexo favorece nuestro desarrollo físico y emocional. Debemos ser conscientes de las ideologías que impregnan nuestra sociedad para poder configurar nuestra ideología e identidad sexual en su auténtica dimensión.